Miguel Ángel Flores, vestido de beige; Reclusorio Norte.
ENTREVISTA MIGUEL ÁNGEL FLORES, TROMPETISTA. 1/2
Seguimos con la publicación de las entrevistas a nuestros personajes, ésta vez toca el turno de Miguel Ángel Flores, trompetista, actualmente en libertad después de un periodo de confinamiento de 5 años, 3 meses. Después de una búsqueda por varios lugares de la ciudad de México se llegó al Sindicato de músicos ubicado cerca del metro Taxqueña, donde nos dieron un teléfono celular para localizarlo, después de varias semanas e intentos al número y de nueva cuenta en el Sindicato se logró contactarlo y quedamos para hacerle un seguimiento como personaje y entrevistas en libertad; ya que era el único músico que hasta ahora se encontraba en libertad y que teníamos imágenes de él encarceldo, era muy importante llevar a cabo esta entrevista (parque Frida Kahlo, coyoacán) y después hubo una más (azotea edificio, Cuatitlán Izcalli), Clara y Samuel hicieron el seguimiento de su paradero e hicieron el contacto. La entrevista fue realizada por el equipo de En la línea y la entrevistadora fue Clara Aymamí Coll. Por razones de la extensión de las entrevistas y lo que Miguel Ángel nos comenta sobre la vida en la cárcel la dividiremos en dos partes.
Esperamos disfruten de la lectura.
Clara ¿Cómo era tu vida antes de entrar al reclusorio?
Miguel Ángel. Era muy bonita. En realidad era muy bonita porque estaba con mi familia, vivía con mi esposa Miriam, mi hija Pamela que es un amor, todavía la veo, mi hija Katy y Yarely, me quieren mucho, lógico, en ese entonces no las había dejado solas y me querían muchísimo más que ahora. Y pues viví una vida feliz, nomas que me drogaba y tomaba y por un accidente fui a caer ahí adentro.
¿Con qué músicos trabajabas antes de entrar?
Con las orquestas que hay en México, con todas. Desde la mas fea hasta la mas grande, trabajé con Celia Cruz, con la orquesta de Irving Lara, con la Orquesta Revelación, con la Constelación, con muchas agrupaciones muy fuertes aquí en México.
¿Y por qué fue que caiste?
Pues a mi me agarraron en un momento de alcoholismo, andaba tomado, pasaron unos muchachos, me pidieron un trago de alcohol, y pues yo sé lo que es estar crudo y se los di. Y salió un muchacho de un bar con un celular, lo robaron ellos, cuando despertó, porque lo durmieron, dijo: pues él estaba con ellos. Yo ni siquiera me moví porque como yo no había hecho nada, yo no hice nada, a lo mejor he hecho cosas peores pero nunca he robado… y él dijo: él estaba con ellos, me señaló y desperté en el reclusorio porque yo estaba perdido de borracho.
¿cuánto tiempo te dieron?
Bueno, primero me echaron 9 años pero salí con 5 años 3 meses, lo demás lo estoy firmando.
¿En qué reclusorio estabas?
En el Reclusorio Norte.
¿Cómo recuerdas el día que entraste?
No, pues muy brusco, fue brusco porque toda mi vida fue de dicha y felicidad, que sangrón este hombre ¿no? pero toda mi vida fue así, mi ambiente eran las fiestas, los XV años, las bodas, ir a tocar al bar, y la gente que va al bar siempre va a disfrutar, un momento de gozo con su familia, sus amigos, con compañeras. Y esa era mi vida, siempre vente, tómate un trago, esa era mi vida., y de repente llegar allá es grotesco, es brutal, porque yo no estaba nada mañeado, nada, nada, tampoco puedo decir que era una inocente palomilla, pero tampoco estaba maleado.
¿Cómo recuerdas las primeras imágenes, los primeros minutos que estuviste en el reclusorio, cómo recuerdas esa entrada a ese mundo totalmente nuevo?
Pues sí lo recuerdo como un golpe porque para empezar ya me habían advertido mucha gente, ya me habían dicho, entre ellos mi padre, que ya dejara de tomar porque ya había empezado a tomar en diferentes cantidades. Ya me había empezado a acelerar mucho. Ya había empezado a drogarme y mi padre me dijo que algo me iba a pasar, al fin de cuentas me di cuenta que no era cierto, no le hice caso a mi padre y pagué las consecuencias. Resulta que me quedé sin visitas, mi papá me dijo que no podía apuntar a nadie porque estaba yo solo echando mi relajo y adiós hijas, adiós esposa, y yo les voy a dar noticias de cómo estás, y te voy a dar dinero. Mi papá me ayudó los primeros dos años que estuve en el reclusorio. Pero desgraciadamente mi papá tuvo una lesión, un paro cardio-respiratorio, y dejo de visitarme y me quedé sin visita porque yo no apunté absolutamente a nadie.
¿Y cómo es la vida adentro?
Pues a todo se acostumbra uno, pero fue muy duro para mi, porqué cuando estás adentro, despiertas a la realidad y dices ¡aahh!, estoy en la cárcel, extrañaba a mis hijas, yo amo a mis hijas, yo las amo con todo mi corazón, y fue muy duro tanto tiempo, y siendo franco también amo a la madre de mis hijas. Y fue muy duro no verlas tanto tiempo, a mis 3 hijas las veo pero a mi esposa no la he visto. Pero sí fue muy duro, perder a mi familia por una borrachera, porque fue una borrachera.
¿Cómo le hacías para sobrellevar el encierro?
Lo primero que me metía la cabeza es que Dios no se equivoca, si estaba ahí era por algo, si no hubiera estado ahí hubiera muerto porque estaba muy mal, en las drogas y el alcohol, y Dios me quiso guardar para que siguiera viviendo, yo se lo agradezco con toda mi alma y mi corazón.
Para sobrellevar el encierro ¿cómo le hacías?
Con la música, si no hubiera sido por la música me hubiera vuelto yo loco ahí dentro.
¿Cuándo entraste dónde fue tu dormitorio, cómo fue tu caso?
Bueno, pues yo creo que ahí están mal porque combinan gente, no hay clasificación, aparentemente la hay, pero no. Entonces meten gente por un robo cualquiera con un homicida o un secuestrador y quiera o no, oyes las pláticas y pues te vas preparando, es una escuela de maldad.
¿Cómo era el trato con tus compañeros?
Ah no, a mi llevaron a un dormitorio de reincidentes a pesar de que yo no había estado y es bien duro porque ellos ya han estado, ya saben lo que debe hacer uno. Y yo no he hecho nada, nunca he hecho nada en mi vida mas que tocar música. Mi esposa me atendía, me trapeaba, me hacía todo y llegar ahí y formarte para comer, al principio es muy duro, te tienes que acostumbrar, vivir la vida como viene, ni modo, cometiste un error y hay que pagarlo.
El trato de tus compañeros ¿cómo fue?
Pues al principio fue brusco, no te conocen pero empiezas a participar y se van haciendo amigos, llega un momento en el que todos son tus amigos, conoces a su familiares y los saludas, a sus esposas, hijos, madres, padres, llega un momento en el que ya son tus amigos, ya son amigos del mismo dolor por decirlo así.
¿Cuándo fue que empezaste a notar ese cambio?
Sí claro, yo tuve un castigo en el que me cambiaron de dormitorio y me tocó un mejor cantón del que llegué, así se le conoce allá adentro, me tocó uno mejor y ya era medio reconocido en el reclusorio porque impartía clases de música, entonces ya no me tocó tan brusco como en el otro, pero sí, en el primero fue muy duro, siendo franco fue muy duro.
¿Cómo fue tu primer contacto con los músicos?
Cuando llegué al Reclusorio había un compañero, voy a evitar decir su nombre porque tiene mucho que no lo he visto, pero si lo hubiera visto le hubiera pedido una autorización, voy a decir su nombre, se llama Fernando, es o único que voy a decir. Entonces a él yo lo conozco, saxofonista, lo conozco de muchos años y él fue el primero con el que toqué, el toca saxofón, mi papá me metió una trompeta y pues él y yo tocábamos pedacillos de música instrumental, de jazz, y con eso sacábamos para comer y pagar nuestras listas. Ese fue mi primer contacto musical, el primer contacto musical fue por medio de Fernando.
¿Qué otros músicos conociste?
Claro, ya después fui conociendo más gente, me fui integrando a un grupo mas grande, a Fernando no le gustaba tocar ahí, como que le daba pena, porque en primera él tenía su visita, iban a verlo su esposa, sus hijas y al como que le daba pena, y a mi no me daba pena porque yo tenía hambre y yo sí quería ganar un poco más de dinero para comer y para ser franco hasta para drogarme, porque yo tenía muy metida la droga en mi. Y pues él casi no quería salir a trabajar y yo sí y empecé a ir conociendo a todos los músicos y ya me integré a ellos hasta que yo hice un mariachi, que fue mío.
¿Qué relación tenías con ellos?
Era muy buena relación, pues éramos todos músicos, haga de cuenta que en ese momento yo estaba fuera del reclusorio, en ese momento yo no sentía que estaba en el Reclusorio, pensaba que estaba yo en una fiesta, en otro lado, me reía, llegue a gozar, llegue a reír en la cárcel, llorar casi de gusto, la música te lleva a lugares desconocidos, solamente la música te puede llevar a algo tan exquisito.
¿Se crean vínculos allá adentro?
Si, como no. Yo tengo un amigo que lo quiero con todo mi corazón, es mi hijo, él sabe que es mi hijo y tiene pocos días, muy pocos días que salió, tiene poco que lo vi, la única vez que lo he visto, y le tengo preparadas algunas chambitas, porque a mi me ha ido muy bien desde que salí, yo ya llevo un poco más de tiempo libre, pero sí, claro que si, inclusive este muchacho, hubo un momento en que tuve una enfermedad, no me quisieron atender y él fue el que me operó, porque ya no había otra, no podía caminar, y me dijo con permiso, me abrió con una navaja de rasurar, me operó y a los diez minutos nos fuimos a tocar, así, yo todo lleno de sangre. Sí, llega a haber un vínculo muy grande, extenso, con gente, no con todos, hay gente con la que te tienes que hacer así, pero hay otra con la que tu sabes que no son malos y llegas a convivir de manera bonita.
¿Cómo fue que conociste al gonzo?
Cuando yo lo conocí era vasero, era el que iba con el paso a pedir a las familias porque nosotros tocábamos, yo le decía ponte a estudiar, y ya se puso a estudiar, hasta que se aprendió una canción, Tatuajes, por cierto, haciendo publicidad a la canción. Fue la primera que se aprendió, y de ahí se aprendió 400 y pico de canciones, es bueno, le di un curso de solfeo, medio lee ya música, combinaciones de acordes, algunos roots, y es bueno, yo considero que para el poco tiempo que lleva de músico es bueno y está joven, yo quiero pensar que le va a echar ganas y va a ser grande en la música el muchacho.
¿qué ha significado para él la música, qué cambio hubo en él?
Yo cuando lo conocí era una amenaza, y ahora que lo vi libre, pues yo lo vi con su guitarra verde, trabajando allá por Garibaldi, disfrutando de la vida, disfrutando de la música y a mi me dio mucha satisfacción, porque a todos los que me presentó, a todos les decía, él es mi maestro, si no fuera por él yo seguiría robando y ahora soy músico.
¿Cómo eran las jornadas de un músico, en qué trabajabas?
Los días de visita yo trabajaba en la visita, tocando en las salas, gente que era cumpleaños de su madre, o de su padre, de su hermano, de alguno de sus hijos, y me contrataban para cantarle las mañanitas, algunas canciones, y como el Reclusorio está lleno de gente, pues siempre teníamos trabajo, eso era los días de visita. Los días de no visita yo no percibía dinero, pero esos días yo colaboraba con la institución y daba tres cursos, uno que era de trompeta, otro que era de solfeo y el otro de piano, y pues ese era mi trabajo los días de no visita.
¿Cuánto dinero podías ganar en el día de visita?
No, pues ganas para comer, para tomarte un refresco, para pasarla bien, para no pasar hambres, tampoco puedo mentir ni exagerar, pero la música también deja dinero hasta en el reclusorio, la música es grandiosa.
¿cómo es la comparación de lo que ganas a entro y fuera, con la música?
No, pues es muy grande, si acá afuera te dedicas a trabajar, vas a trabajar mañana, tarde y noche, todo es cuestión de que le eches ganas y adentro lo único que puedes hacer es tocar los días de visita y algunos día de no vista que hay bodas puedes tocar, pero no, no es nada comparado.
¿Tenías visita?
Los primeros dos años, fue mi padre. Nunca me soltó, ni un martes me falló, me llevaba noticias de mis hijas y hasta cierto punto fueron los años mas tristes de mi cárcel porque mi papá iba a verme, pero yo aún no me adaptaba, todavía no asimilaba por qué estaba ahí, yo todavía creía que era bueno. Todavía había reclamo en mí ¿por qué estoy aquí y eso? Y cuando mi papá dejo de ir, cuando me quedé completamente solo, bendito sea Dios yo ya estaba preparado. Sí mi papá hubiera dejado de ir antes, yo no la hubiera contado, algo me hubiera hecho yo solo, no soy tan cobarde, pero sí se me hubiera dificultado más, no porque mi papá quisiera, sino porque definitivamente ya no pudo ir ya que tuvo una lesión cerebral por el paro cardio-respiratorio. Cuando él dejó de verme, yo ya estaba preparado, ya tenía amigos, ya no pasé tanto sufrimiento y ya cuando yo supe que mi papá no estaba en México y estaba con una tía y supe qué tía, pues dije, no, mi papá esta bien, porque es una tía que es enfermera y es muy buena, es mi tía Nena.
¿Cómo te llegó el instrumento?
No, pues por mi papá, ¿quién más? Mi papá me lo llevó, primero yo le dije que en el Reclusorio, la encargada del auditorio era la Lic. Alicia, no me acuerdo de su apellido, pero esa señora me ayudó muchisísimo, no se si los vayan cambiando y los manden a otros Reclusorios o ella terminó su trabajo ahí, pero ella me ayudó muchisísimo, ella me dio la autorización para meter el instrumento, y otra cosa, que me lo pudiera llevar a donde estaba yo adentro porque parece ser que los instrumentos que se meten ahí adentro en el reclusorio quedan a custodia del auditorio y ella me hizo un pase a mi para que yo me lo pudiera llevar, es por eso que podía tocar en las visitas y eso, yo tenía mi memorándum, el permiso que ella otorgó.
¿cómo era tu relación con los custodios?
Pues en realidad la convivencia con los custodios es la que tu quieras, como te portes te tratan y como seas con ellos, van a ser contigo, si tu te portas bien, y no te andas metiendo en broncas, jamás te van a hacer nada.
¿En qué otras actividades culturales participabas?
Yo fui maestro principalmente de solfeo, la mayoría de músicos que había adentro no sabían leer música y yo les di un curso a todos ellos. Ahora, la mayoría de los músicos que se quedaron de mi generación, ya leen música, porque es una ventaja saber leer música, salir leyendo música ya es una ventaja para cualquier músico.
¿Crees que estas actividades cumplan el objetivo de reinserción?
Yo creo que es difícil, yo lo relaciono con uno como interno, si tu le echas ganas y si quieres salir adelante, si quieres tomar todos los cursos, no nada más el mío, el mío era de música pero hay otros mas de literatura, de computación, si tu te dedicas a aprovechar tu tiempo, tiempo perdido, porque el estar en la cárcel es tiempo perdido y si lo aprovechas para hacer algo realmente, pues vas a salir sabiendo hacer otras cosas que nunca imaginaste. Había un compañero mío que pintaba extraordinariamente, el jamás pensó que fuera pintor, tomó un curso, agarró la onda y le gustó, ya después cuando salí ya pintaba hasta en óleo, entonces depende de uno, ya no es la institución. La institución te pone los medios, ya tu sabes si los aprovechas o no.
¿Cómo le hiciste para proponer el taller?
Cuando yo llegué, el curso que había era el de piano, pero hablé con la Lic. Alicia y le dije que el mío, el de solfeo, era un curso que hasta en el Sindicato de Músicos se imparte y la orienté, mas o menos le expliqué de que se trataba y si daba un chance de 4 meses, los cursos son de 4 meses para que ella viera el avance de los compañeros, incluso la gente veía solfeo y no se inscribía, los que se inscribieron fueron pues músicos. Y eso me dio mucha ventaja, porque son personas que más o menos sabían qué es una posición en la guitarra, el piano. Entonces eso me ayudó mucho porque cuando se presentó el fin de curso pues mis alumnos estaban avanzados aparte de que ellos ya habían aprendido, entonces mi curso fue más interesante y la gente empezó a ir, yo empecé con 5 alumnos, terminé con 46.
O sea, ¿qué sí hay un interés musical dentro del reclusorio?
Sí lo hay, a toda la gente le gusta la música.
¿crees que llegaban a estos talleres para poder subsistir dentro del reclusorio o para aprender algo para afuera?
Pues yo creo hay gente que si lo toma para subsistir allá adentro, pero también hay gente como el compañero que mencionamos hace rato, el decía yo voy a ser músico toda mi vida y le digo, yo desde que salí no he ido al reclusorio, ahora que lo vea a fuera, pues él está con su guitarra y está viviendo de la música y yo lo vi muy bien vestido, bañadito, arregladito, cambiadito, con su guitarra en el hombro y pues eso a mi me da mucho gusto, pues es mi alumno.
Miguel Ángel Flores, El Trompetas, El Globo, en libertad en un edificio en Cuatitlán Izcalli.